Tome usted asiento, añadió Cordero (...), ¿Qué
nombre tiene nuestra nueva Reina?
María Cristina.
- (...) Dícese que este casamiento nos va a traer
grandes felicidades, porque la napolitana...pás-
mese usted...
El héroe, después de mirar a la puerta para estar
seguro de que nadie le oía, añadió en voz baja:
-Pásmese usted..., es una francmasona, una in-
surgente, mejor dicho, una real dama en quien los
principios liberales y filosóficos se unen a los sen-
mientos más humanitarios.(...)
-A mí me han dicho que ha puesto por condi-
cion para casarse que el Rey levante el destierro
a todos los emigrados.
- A mí me han dicho algo más -añadió Corde-
ro, (...) que ella es de lo fino en materia de libe-
ramislo ilustrado y filosófico, me lo prueba, más
que el bordar pendones, el odio que le tiene toda
la turbumalta inquisidora y apostólica de España
y Europa de las cinco partes del globo terráqueo.
Pérez Galdós, B. Episodios nacionales, vol. IV.
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